Un poco de nuestra historia... En los años 50, Augustín convidaba a su mesa a los viajeros de paso.
Desde paseantes hasta personajes celebres, todos atraídos por la autenticidad y hospitalidad de Augustín, decidían también pasar la noche en el lugar.
Fue hasta 1978 que Ninette, la hija de Augustín, y su marido Gilbert restauraron este lugar, tan discreto que mítico, localizado alrededor de Saint-Tropez, y decidieron aumentar y restaurar los edificios, pero siempre conservando el toque original y el ambiente familial.
Una bienvenida calurosa, la armonía, la sinceridad y la felicidad son los valores que reinan en la "ferme" y que hacen que en este hotel usted se sienta como en casa.